Lo que la imagen de marca me enseño
A simple vista, a la imagen de marca no le damos la importancia real que debería tener. Al principio nos cuesta mucho invertir en esto ya que no alcanzamos a ver el valor que tiene para nuestro negocio.
Y es cierto.
Al principio, cuando aún no tenemos un negocio bien definido, ni tenemos claro cuál es nuestro propósito es mejor no centrarnos únicamente en la creación de la identidad visual.
Ni gastarnos demasiado en el diseño de ésta.
Lo que realmente debemos hacer cuando comenzamos con nuestro emprendimiento es empezar a establecer los elementos intangibles de una identidad de marca.
Es decir, qué emociones, qué valores y qué sensaciones queremos transmitir con nuestra marca. Estos elementos son parte de nuestra identidad de marca y si los tenemos claros nos allanará mucho el camino para cuando empecemos a idear los elementos tangibles de nuestra marca (logo, tipografía, color, etc.)
En mi caso, cometí este error en mis comienzos, lo primero que definí de mi marca fue el color, concretamente quería que el color rosa fuera el color fundamental de mi paleta.
Aún no me había parado a pensar quién era yo como marca personal o qué quería aportar a la sociedad con mi emprendimiento, y ya había definido mi color principal.
Elegí el rosa porque siempre había sido mi tono preferido y me sentía muy identificada con él.
Pero. ¿Qué ocurrió?
Pues que en cuanto empecé a especializarme en branding y empecé a analizar mi marca, y a investigar sobre la psicología del color, me di cuenta de que el rosa, no era.
No representaba a mi marca, no mostraba lo que yo quería contar ni quién era. Todo lo contrario, el rosa transmitía emociones y valores bastante opuestos a mi personalidad y a mi negocio, vamos, que no todo era color de rosa…
Como curiosité, te contaré que en el pasado el color rosa se usaba para los varones.
De hecho, vemos Jesucristo representado en muchas ocasiones con túnicas rosas. El rosa, era el color previo a la madurez, después pasaban a vestirlos de rojo.
Y el azul representaba a las mujeres, ¿te suena qué color de ropajes suelen llevar las representaciones de Vírgen? 😮
Así fue como aprendí que lo primero siempre debe ser saber qué somos, qué queremos y qué vamos a dar como marca.
Entonces podremos sacarle todo el jugo a nuestra marca. Y será entonces el momento de hacer una inversión económica para conseguir una identidad visual trabajada, que refleje nuestra misión y nuestro propósito como marca.
En definitiva, que nos haga destacar y atraiga a nuestro público ideal.
Si quieres que te ayude a definirte como marca, puedes contactarme aquí.