Reid Hoffman fue el creador de Linkedin, estudió en Oxford y su sueño siempre fue crear un software triunfador, no lo conseguiría hasta 2003.

Antes de fundar la famosa red social para negocios trabajó en Apple, Fujitsu, lo intentó con una aplicación de citas, fue socio de Pay-Pal…Vamos que el hombre no paró. Y digamos que cuando fundó Linkedin no era precisamente un novato.

Linkedin creció rápido y exponencialmente, en seis años desde su creación ya estaba valorada en mil millones de dólares y tenía 350 empleados.

Pero, ¿qué hizo tan exitosa a esta empresa?

Muy sencillo, encontró lo que el mercado necesitaba. Hizo algo diferente a lo que había hasta el momento, supo ver y aprovechar ese hueco aún sin explorar.

En realidad, era algo lógico.

Ya había redes sociales para ligar, para hacer amigos y para mantener el contacto con personas de cualquier parte del mundo, incluso para mostrar tu trabajo artístico. 

Pero aún no existía una red social para hacer negocios, para venderse profesionalmente. 

Era justo lo que faltaba, y lo que necesitaba buena parte del mercado. Y ahí estaba Reid Hoffman para hacer la magia…

Adaptó magníficamente todas las opciones de una red social de las existentes, al uso en el mundo laboral. Su nicho, profesionales y empresas, su objetivo, ponerlos en contacto. 

Creó un lugar propicio para mantener relaciones laborales, algo vivo donde interactuar. Donde los profesionales pueden “venderse” y ofrecer sus servicios sin parecer desesperados y, mostrar sus conocimientos y aptitudes de forma natural. Donde las empresas pueden encontrar y conversar con candidatos ideales. Donde se pueden crear alianzas con otros profesionales, crear redes de contactos, etc. 

Y todo ello con la frescura y facilidad que te ofrece cualquier red social. Por no hablar de la interfaz, otro acierto, elegante y seria, pero a la vez intuitiva y con una estética que te invita a quedarte. 

Sin duda, una idea genial. E insisto, quizás lógica…pero mágica, también.

¿Y tú? 

¿Te has parado a pensar en la transformación que quieres conseguir con tu marca? ¿Qué es eso que hace a tu empresa única? ¿Qué hay ahí fuera aún por explorar? ¿Cuál es la lógica que vas a aportar al mundo? ¿Con qué sencilla fórmula vas a hacer la magia…?

Si quieres que te ayude a responder a estas preguntas y a encontrar tu magia, pincha aquí.